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Nov
2018
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Cartel de la primera edición de este encuentro.
Retos y soluciones para la arqueología
Reivindicar la profesión de arqueólogo y conseguir la homologación de toda la normativa en torno a la profesión son dos de los ambiciosos objetivos del primer Congreso Nacional de Arqueología Profesional que arrancará en la Casa de Iberoamérica el próximo viernes, 16 de noviembre, impulsado por el Consejo Andaluz del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía, Letras y Ciencias.
Además
de analizar la situación profesional de los arqueólogos y el papel de los
colegios profesionales, se debatirá sobre la formación en arqueología y los
retos que ésta plantea.
El
encuentro se extenderá al sábado, 17, también en la Casa de Iberoamérica y se
trasladará esa tarde al Espacio de Cultura Contemporánea (ECCO) y el domingo,
al Teatro de Títeres de La Tía Norica, en una sesión de puertas abiertas al
público.
El encuentro tiene su germen en el I Congreso Nacional de Arqueología Profesional organizado por el Consejo General de Colegios de España en Zaragoza el año pasado. Allí nació una reivindicación de los profesionales para buscar soluciones concretas a los problemas laborales que les acucian. Las/os arqueólogas/os reclaman a las administraciones que equiparen las normativas que les permitan ejercer su profesión en todo el ámbito nacional, ya que forman parte del engranaje del Patrimonio Cultural.
“Los restos arqueológicos y patrimoniales son yacimientos de trabajo sostenible y económicamente viables, no sólo en el momento de la intervención, sino también las subsiguientes fases de puesta en valor y de explotación turística”, argumentan. Al no estar reconocidos como profesión, cada comunidad autónoma ha legislado a su manera, cada cual tiene su Ley de Patrimonio y su Reglamento de Actividades Arqueológicas, “por lo que los requisitos a cumplimentar para poder dirigir una actividad arqueológica varían en función de cada una de estas”.
Además, aducen sentir “miedo” e “indefensión” ante la administración pública y puntualizan incluso que se sienten “ninguneados”. Es por ello que este Congreso se dirige, en primer término, a hablar de los problemas que padecen, pero también a tratar de encontrar soluciones, no sólo en referencia a la normativa sino a otros desafíos que enfrentan, como el encaje de la arqueología en la lucha contra el expolio, que será objeto de otro panel.
Todas estas sesiones serán a puerta cerrada para inscritos/as. En cambio, el domingo, 18 de noviembre, en el Teatro de Títeres de la Tía Norica, que comparte emplazamiento con el yacimiento Gadir, se realizará una jornada de puertas abiertas encaminada a hablar de la simbiosis entre la arqueología y la sociedad: las relaciones multidisciplinares en el trabajo de campo, el papel de los arqueólogos/as adscritos a la Universidad y administraciones públicas, el desarrollo de la profesión en otros campos como la difusión, el asesoramiento o las artes plásticas.
El encuentro concluirá el domingo, a las 13:00 horas, con la lectura del manifiesto que salga de los debates y que se realizará en la plaza del Oratorio de San Felipe Neri.
El encuentro tiene su germen en el I Congreso Nacional de Arqueología Profesional organizado por el Consejo General de Colegios de España en Zaragoza el año pasado. Allí nació una reivindicación de los profesionales para buscar soluciones concretas a los problemas laborales que les acucian. Las/os arqueólogas/os reclaman a las administraciones que equiparen las normativas que les permitan ejercer su profesión en todo el ámbito nacional, ya que forman parte del engranaje del Patrimonio Cultural.
“Los restos arqueológicos y patrimoniales son yacimientos de trabajo sostenible y económicamente viables, no sólo en el momento de la intervención, sino también las subsiguientes fases de puesta en valor y de explotación turística”, argumentan. Al no estar reconocidos como profesión, cada comunidad autónoma ha legislado a su manera, cada cual tiene su Ley de Patrimonio y su Reglamento de Actividades Arqueológicas, “por lo que los requisitos a cumplimentar para poder dirigir una actividad arqueológica varían en función de cada una de estas”.
Además, aducen sentir “miedo” e “indefensión” ante la administración pública y puntualizan incluso que se sienten “ninguneados”. Es por ello que este Congreso se dirige, en primer término, a hablar de los problemas que padecen, pero también a tratar de encontrar soluciones, no sólo en referencia a la normativa sino a otros desafíos que enfrentan, como el encaje de la arqueología en la lucha contra el expolio, que será objeto de otro panel.
Todas estas sesiones serán a puerta cerrada para inscritos/as. En cambio, el domingo, 18 de noviembre, en el Teatro de Títeres de la Tía Norica, que comparte emplazamiento con el yacimiento Gadir, se realizará una jornada de puertas abiertas encaminada a hablar de la simbiosis entre la arqueología y la sociedad: las relaciones multidisciplinares en el trabajo de campo, el papel de los arqueólogos/as adscritos a la Universidad y administraciones públicas, el desarrollo de la profesión en otros campos como la difusión, el asesoramiento o las artes plásticas.
El encuentro concluirá el domingo, a las 13:00 horas, con la lectura del manifiesto que salga de los debates y que se realizará en la plaza del Oratorio de San Felipe Neri.